La situación política en Francia vuelve a ser inestable y la presión sobre la deuda pública aumenta, generando preocupaciones sobre una posible "italianización".

El presidente francés Emmanuel Macron

Francia podría ver la renuncia de su cuarto primer ministro en un año y medio. El primer ministro François Bayrou enfrentará un voto de confianza el 8 de septiembre; si no lo supera, su gobierno fracasará en el plan de ajuste fiscal.

La propuesta de Bayrou incluye recortar aproximadamente 44 mil millones de euros (alrededor de 51 mil millones de dólares) en gastos para reducir el déficit, pero ha enfrentado la oposición de varios sectores en el parlamento. Si el gobierno cae, el presidente francés Macron tendrá que nombrar nuevamente a un primer ministro, y la inestabilidad política podría afectar aún más la reforma fiscal.

La deuda pública francesa sigue aumentando y actualmente alcanza los 3.3 billones de euros. La agencia calificadora S&P ya rebajó la calificación crediticia de Francia este año. Al mismo tiempo, el rendimiento de los bonos franceses ya supera al de Grecia y está casi igualado con el de Italia.

A diferencia de Grecia e Italia, que en el siglo pasado se vieron obligadas a adoptar políticas de austeridad debido a crisis de deuda, el estancamiento actual de Francia proviene principalmente de la alta fragmentación parlamentaria. Los partidos de izquierda defienden firmemente el sistema de bienestar; los centristas y conservadores tradicionales abogan por aumentar el gasto militar sin subir impuestos; la extrema derecha pide reducir la carga fiscal limitando la inmigración y disminuyendo los pagos a la Unión Europea.

Desde que Macron asumió el poder en 2017, implementó grandes recortes de impuestos para atraer inversión extranjera y fomentar el empleo, pero las posteriores protestas de los “chalecos amarillos”, el gasto durante la pandemia y los subsidios energéticos ampliaron aún más el déficit fiscal. Aunque la reforma de las pensiones fue aprobada a duras penas en medio de protestas, los conflictos sociales no se han aliviado.

Recientemente, Bayrou propuso eliminar dos feriados nacionales —el Lunes de Pascua y el Día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial— para aumentar la producción, lo que provocó una fuerte reacción de la ciudadanía y fue criticado por el líder de la derecha, Bardella, como “un ataque a la historia y las tradiciones de Francia”.

Analistas advierten que Francia está entrando en una situación de “italianización”: la combinación de alta deuda, altos costos de financiamiento y frecuentes cambios de gobierno debilita su posición estable dentro de la eurozona.